Lejos de redactar un tutorial sobre cómo dibujar mapas, sirva este post para compartir mi experiencia como lector e ilustrador de “Heredero del Invierno”. La iniciativa y la inspiración, motores indispensables en el proceso creativo de cualquier proyecto, fueron de José y Mariela.
Como lector, me dejé llevar por el viaje que propone la autora, sabiendo que el mapa acabaría siendo mucho más grande de lo que cabe en un espacio tan reducido. No obstante, fui garabateando direcciones, flechas, vectores, accidentes geográficos y, por qué no decirlo, también “accidentes pictográficos”… ya que conforme se sucedían las páginas, los tachones y las correcciones se contradecían mediante colores brillantes, superpuestos con nueva información que Mariela González ciertamente sabe cómo proveer, gracias a su formidable imaginación.
Una vez la hoja de papel quedó parcheada, encontré un mapa antiguo de Islandia con sus lenguas volcánicas como espigones, una tierra viva que latía y respiraba con áreas inmensas de suelo nuevo que salieron de una caldera de magma hace tan sólo 40 años, conformando ese peculiar trazado que ahora circunscribe la historia de los Continentes de Ran.
Me pareció perfecta para transmitir la vibrante genealogía de Ran, con nombres terminados en –son y –dóttir como los apellidos islandeses actuales, “hijos” e “hijas” de los descendientes de navegantes que cartografiaron un mundo aún por descubrir, pues “Heredero del Invierno” se posiciona en el mapa de un tiempo pasado lleno de interrogantes mágicos, encriptados en cada párrafo por un cierto oscurantismo medieval que la autora se encarga de iluminar con el paso de las páginas.
Distribuir las zonas donde se desarrollan las distintas líneas argumentales con que Mariela nos seduce fue más apasionante aún para cualquier amante de los puzles. Fue definitivo encontrar el tipo de letra perfecto cuyo nombre, “Blackadder”, me recordó a la serie histórica protagonizada por Rowan Atkinson.
El mapa de Ran
La composición final del mapa la hice en digital, prescindiendo de lo superfluo. Creo que la obra de Mariela González merece una secuela, así que este formato es la opción más flexible para la próxima entrega de “Heredero del Invierno” y todos los misterios que vendrán…