La segunda temporada de Love Death and Robots se ha hecho esperar algo más de dos años, ya está aquí, aunque esta vez vuelve con la mitad de episodios. Pero, ¿para bien o para mal? Bueno, lo cierto es que aunque sean menos las horas de frenético entretenimiento, puede que la calidad media haya subido unas décimas. Siguen siendo, no obstante, capítulos irregulares, pero es el precio a pagar por una propuesta tan heterodoxa como la que han creado. Algo, dicho sea, que sólo podían haber hecho unos cuantos titánicos productores como son los Miller o David Fincher, grandes aficionados a financiar proyectos de ciencia ficción rupturista como estas antologías.
Desde luego, merece la pena echarles un vistazo aunque sea sólo por ver el despliegue de talento reunido para crear el apartado visual. Esta vez son seis estudios de animación distintos los que se han encargado de dar vida a las historias. Como novedad, se incorpora Atoll Studios, un estudio 3D que anima el corto “Servicio al cliente personalizado” y Blink Industries, que desarrolla “Por toda la casa”, un divertido a la par que escalofriante cuento de navidad. También repiten el estudio 2D Passion Animation Studios (que ya se ocupó del sobresaliente corto Zima Blue), Blur Studios (Trajes, La ventaja de Sonnie), Unit Image (Más allá de Aquila), y Axis Animation (La mano amiga).
Servicio al cliente personalizado
Yendo por orden para no perdernos, el primer cortometraje, Servicio al cliente Personalizado, se basa en un relato de Jonh Scalzi, escritor de ciencia ficción conocido especialmente por su saga La Interdependencia. Scalzi, que ya ha escrito más de una vez para esta antología (Tres Robots, Yogur al Poder) ha apostado en exclusiva por la comedia en los capítulos de los que le ha tocado encargarse . Esta vez, una señora se enfrenta con su propio robot de la limpieza, que intenta matarla (a ella y a su perro). Una historia ligerita para abrir boca con un giro final poco sorprendente que, aunque no se toma muy en serio a sí mismo, recae una vez más sobre un tópico tecnofóbico.
Hielo
Hielo, el segundo cortometraje de esta segunda temporada, es una historia ambientada en un mundo que está entre Gattaca y el cyberpunk interplanetario. Es un corto entrañable y poético, que habla sobre los evidentes celos y rencillas que surgen por existir en un planeta que te aparta por ser (biológicamente) inferior, pero sobre todo habla sobre cómo la fraternidad tiene cabida hasta cuando el mundo te empuja a aislarte.
Respuesta evolutiva
La propuesta más ambiciosa es tal vez la que propone Respuesta evolutiva, un cortometraje basado en una historia de Paolo Bacigalupi, jovencísimo escritor conocido por su novela La chica mecánica. En menos de 18 minutos se nos presenta un futuro distópico en el que la existencia de una droga que otorga la inmortalidad (y mantiene la juventud) ha hecho necesaria una policía que controle la superpoblación. El protagonista es un verdugo encargado de eliminar a los niños que nacen ilegalmente en las fronteras del sistema y que soporta una dura carga existencial por ello. ¿Merece la pena existir en un mundo que niega una oportunidad a los recién nacidos, a la maternidad, a la regeneración? ¿No perderíamos todos como humanos si fuéramos inmortales?
Nieve
Sigue Nieve, cuento de un veterano del género como Neal Asher. Este corto trae ciertas reminiscencias de las películas más insignes de la ciencia ficción post-apocalíptica, desde la desértica estética de Tatooine hasta los universos de Dune. Nieve, el protagonista, es un hombre albino en el desierto (paradójico, ¿no?). Es inmortal y además tiene la capacidad de autoregenerarse, algo que veremos ocurrir varias veces porque unos mercenarios durante el corto no paran de arrancarle brazos. Pero además de mucha acción, el tema principal es el amor. Una chica lo persigue para que se entregue al Centro de inteligencia de la Tierra y puedan estudiarlo allí, pero él la ignora y le muestra su idílico retiro en la soledad. Así que spoiler, pero el destino los une porque ella es una suerte de cyborg, por tanto inmortal y única persona capaz de aliviar su eterna soledad.
La hierba alta
La hierba alta es un cuento híbrido que se mueve entre el misterio gótico y el horror cósmico lovecraftiano, entre una peli de Rydley Scott y una de Shyamalan. Un hombre, un tren varado, unos macabros seres que surgen durante la noche. Un cortometraje que, sin duda, mantiene en vilo, es visualmente interesante y, como todo buen relato de terror, tiene un final inquietante. Dan ganas de pedir más.
Por toda la casa
¿Qué pasaría si Papá Noel fuera real, pero no fuera un simpático gordo canoso, rechoncho y barbudo? ¿Qué pasaría si, de hecho, en realidad fuera un bicho enorme, tentacular y babeante entre el xenomorfo de Alien y el monstruo de El laberinto del fauno? Esa es la sencilla pero aterradoramente simpática premisa de Por toda la casa, un cuento navideño sin muchas pretensiones. ¿Habrán sido buenos estos niños?
Cobijo
El penúltimo capítulo de esta antología, Cobijo, está basado en un cuento de Harlan Ellison, un autor clásico de la ciencia ficción. Un hombre cuya nave ha sido abatida en una batalla intergaláctica termina perdido en un planeta extraño y deshabitado. Tendrá que llegar a un refugio espacial para pedir ayuda, pero el robot de mantenimiento no parece dispuesto a perdonarle la vida a nadie que se mueva allí dentro. Una escena breve, dolorosamente cruenta y de máxima tensión, pero que no tarda en desinflarse.
El gigante ahogado
Por último, El gigante ahogado, cuento de un maestro indiscutible de la ciencia ficción como es J.G Ballard, seguramente sea la joya de la corona en esta antología. El cadáver de un gigante desnudo aparece un día en la costa de una playa. Científicos y académicos lo visitan y animan a la gente a subirse encima del cadáver y jugar con él. Sin embargo, el cuerpo del gigante no tarda en descomponerse y la gente pierde progresivamente el interés por él. ¿Qué quiere decirnos este cortometraje, tal vez el más alegórico de toda la serie? ¿En qué pensaba Ballard cuando lo escribió? El gigante se va descomponiendo hasta ser olvidado, hasta incluso se confundido con otras cosas. El tiempo es lo que acaba aplastando la brevedad de lo insólito: lo trastorna y lo reintegra de nuevo en la pesada cotidianidad. Los restos de la historia, desde los más banales a los más increíbles, perviven en nuestro presente, pero han mutado hasta a veces llegar a pasar desapercibidos. Caminamos sobre un suelo bajo el cual podría haber fósiles inexplorados, infraestructuras prehistóricas, despojos de masacrados o fusilados. Todo lo que vemos y tocamos, la misma materia, ha resucitado millones de veces con cientos de formas distintas, pero en nuestra día a día sólo somos capaces de entender las cosas en el estrecho contexto de nuestro tiempo sincrónico. Ballard fue un profeta del mundo moderno; sabía que todo lo que había sido importante en el pasado acabaría disgregándose como un collage que se actualiza una y otra vez hasta perder toda esencia, toda entidad. Este cortometraje sabe captar eso con toda la belleza que permite lo visual. Otra buena adaptación de uno de los narradores más adaptados del género y otro gran remate de esta serie que busca también ser de culto.